Celebrar 100 años de una actividad o evento deportivo, no es algo que suceda todos los días. Nos tocó estar en esta parte de la historia, bajo una profunda metamorfosis, donde hace unos días atrás celebramos los 100 años de las 24 Horas de Le Mans, la prueba de resistencia más importante del automovilismo deportivo y una de las 3 coronas icónicas del deporte motor.
A pesar de que, en Chile, el automovilismo, es una actividad que ha tenido muchos altos y bajos, hoy no estamos en su mejor momento, pero, aún así contamos con un joven chileno entre los pilotos que compitieron. Con tan sólo 18 años, Nicolás Pino logró un podio en la Clase LMP2, segunda en importancia dentro de la competencia, convirtiéndose en el piloto más joven en la historia de la carrera, en subir al glorioso podio de Le Mans.
El hecho, reviste de una importancia superior, que, aunque no te guste el automovilismo, es digno de celebrar, como esas pocas oportunidades donde vimos a un chileno triunfar: Marcelo Ríos en el tenis, Eliseo Salazar en Las Vegas 97’, la selección chilena en el año 62 y sus últimos triunfos de la Copa América, entre muchos otros tremendos logros de diferentes deportes. Somos orgullosos de esos pequeños saltos de alegría que nos ayudan a todos a decir “sí, podemos ser buenos, podemos ser los mejores”, rodeados de sueños de niños inspirados que deciden seguir los pasos de aquel deportista triunfador. Es un hecho, más que deportivo, un hecho cultural, que marca un hito y mueve a la sociedad con una nota de alegría, permitiendo apreciar que la vida es un poco más que trabajo y problemas.
Dado esto, uno podría automáticamente decir que, hay que celebrarlo, no importa si te gusta el deporte, si el deportista te cae mal, es un momento de unión donde lo éticamente correcto es apoyar el logro o, en definitiva, si no estás de acuerdo, guardar silencio con respeto. Por supuesto que habrá opiniones contrarias, sobre todo desde otras áreas, otros deportes u otras formas de pensar, es parte de nuestra diversidad como seres humanos, PERO, desde donde jamás esperarías un punto negativo, es desde el propio ambiente del automovilismo.
Por algún motivo somos autodestructivos, por algún motivo alguien entre sus pares, sale a tirar pintura al mural de otra persona. Lo más sorprendente aún, es que esto suceda desde el asiento de una autoridad, la propia autoridad del automovilismo chileno. Nicolás Pino, podrá tener sus motivos, que no reveló antes de la carrera y jamás hizo polémica o ataques derivados de esto. Él decidió renunciar a la licencia obtenida en la Federación chilena de automovilismo y optó por obtenerla en Gran Bretaña, lo que derivó en que la organización de la carrera mostraba su nombre con la bandera de Gran Bretaña. Nicolás Pino, tiene la bandera chilena en su buzo, en el auto y todos los periodistas aludían al “joven piloto chileno”. ¿Por qué el presidente de la Federación de automovilismo chileno sale a decir que Nicolás Pino no corre por Chile? ¿Es realmente el momento adecuado y reviste la real importancia para salir a hacer estas declaraciones? Yo creo que definitivamente, no. Esta actitud es muy poco sana, desde su asiento su misión debería ser unir el automovilismo, no dividirlo ni crear polémicas innecesarias. Las autoridades, dentro de sus funciones, deben tener la capacidad para entender que una opinión personal, no es adecuada en momentos así y mucho menos en salir a apuntar con el dedo, es algo que aprendemos tempranamente en el colegio. Después de leer los primeros párrafos de esta columna, entendemos que salir a declarar que : «Nicolás Pino no representa a Chile y que, si gana, no tocarán el himno nacional«, es completamente innecesario y poco ético, mucho más desde el asiento del Presidente de la Federación de automovilismo.
Lamentablemente es una situación repetida, la Federación sale a discutir con pilotos a través de redes sociales, a hacer denuncias públicas y a caer en juegos que lo único que hacen, es dividir y debilitar el automovilismo deportivo chileno. Las buenas acciones, quedan inmediatamente empañadas. La -larguísima- administración, sale a censurar opiniones, bloquear en redes sociales a cualquier persona que opine en su contra o no esté de acuerdo con sus acciones, en una actitud que no se entiende, impropia de una institución representativa de un deporte.
Si es así, a través de comunicados, no es muy difícil imaginar como es internamente, algo que, prefiero no profundizar, porque hará esta columna interminable.
Esto no está bien y, es hora de salir a decirlo, necesitamos unión y no a alguien que salga a decirnos “Deporte de hombres” en un comunicado de dudosa redacción. El hito de Nicolás Pino merece ser celebrado y no empañado con comunicados agresivos atacando al piloto. Hay un viejo dicho: “La ropa sucia se lava en casa”. Es mucho mejor, solucionar los problemas internamente, que, en su lugar, salir a comunicar y pelear por redes sociales.
Estoy triste, muy triste, porque parte de los pocos artículos de prensa sobre el logro de Nicolás, dieron vitrina a la Federación y sus lamentables declaraciones. Hubiese sido esperable de otros actores, pero jamás, de tus propios pares.
Es hora de pensar, recapacitar y evaluar si se está siguiendo el camino correcto.