Raúl Jaras, más conocido como “Papín”, fue uno de los hombres más importantes en la historia del automovilismo en Chile. Protagonizó gran parte de las décadas de oro del automovilismo, ganando una reputación nacional e internacional única.
Papín se ganó un lugar de referente, para siempre, incluso en la cultura popular más allá del automovilismo como familia, fue un ícono social y un hombre que solamente dedicó su vida a ser piloto, nada más.
Papín solamente se dedicó a correr. Nació el 14 de mayo de 1931 y con 16 años de edad comenzó a correr en motos, aun siendo menor de edad y sin permiso o conocimiento alguno de su padre. Fue descubierto en la acción, pero su padre, Raúl Jaras Barros, optó por lanzar su carrera: “si quieres correr, hazlo, pero en autos, no en motos”.
Desde pequeño, Raúl Jaras fue conocido como Papín y su primera incursión en el automovilismo fue en el Turismo Carretera en 1948, gracias a que su padre, Raúl Jaras Barros, era representante de General Motors en Chile (inicialmente de Vauxhall y posteriormente del resto del grupo), además de ser fundador de Detroit Diesel (Jaras S.A.) y socio del diario La Tercera.
De ahí en adelante, Papín no detuvo su carrera, dedicándose de lleno a ser piloto bajo el financiamiento constante de su padre. En 1950 llegaría la actuación que lo pondría en una importante vitrina a nivel nacional, cuando se celebró el único Grand Prix de Fórmula en Chile. Papín ganó en la carrera previa en la categoría de autos carrozados, con sólo 19 años de edad.
La década de los 50 fue un tiempo de exploración, ganando en la mayoría de los circuitos a lo largo de Chile, sus triunfos son reiterados y su nombre escala a los niveles de Lorenzo Varoli, Boris Garafulic o Bartolomé Ortiz, superándolos constantemente.
Su estilo conductivo siempre fue agresivo, jamás conservador, pero sin llegar a ser destructivo. Fue conocido como un caballero dentro y fuera de la pista, pero con un alto orgullo como piloto.
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Dentro de su palmarés, existen victorias tanto en circuitos como en carreras de camino abierto, como en la Santiago-Arica, Santiago-Valdivia, Las Tres Provincias, entre muchos otros. Ligado desde sus propias palabras, alguna vez Ferrari le ofreció correr en Europa, pero como tercer piloto, al no ser un volante conocido internacionalmente. Papín rechazó la oferta en más de una oportunidad, su voluntad era entrar como primer piloto.
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Quedándose en Chile, logró el título de Turismo Carretera entre 1964 y 1969, sin interrupciones. El Gran Premio Sopesur lo obtuvo en 1964 y 1965. La victoria de 1965 fue un récord de 9 h 53” 14’ entre las ciudades de Santiago, Puerto Montt y Concepción, con un promedio de velocidad de 173 km/h. Otros récords que registró a través de los viejos caminos y cuestas; de Santiago a Temuco, 3 h 36”; de Santiago a Valdivia 4 h 36”; de Santiago a Puerto Montt 5 h 54”.
Hacia el final de la década del 60’ Papín fue a correr a Argentina en reiteradas oportunidades, teiendo actuaciones destacada y siendo contratado por la fábrica IKA-Renault para competir con los Torino en la categoría del Anexo J, obteniendo el campeonato de la especialidad.
Papín no sólo obtuvo récords nacionales, también ostenta el Récord Guiness al tardar 9 días y medio desde Buenos Aires hasta Nueva York a bordo de un Torino. Aquél récord era 2 días menor que el de Nueva York – Buenos Aires y nadie lo ha superado.
Dos accidentes marcaron su carrera, más como anécdotas que como historias lamentables. El primero de ellos ocurrió en un Gran Premio de carretera rumbo a Arica, cuando golpeó una vaca, decapitándola y dañando seriamente su auto; siguió en competencia e igualmente logró un puesto de avanzada. El segundo ocurrió en un paso por Coquimbo, cuando un funcionario de la municipalidad entró al camino de la carrera sin percatarse del paso de la misma e impactando con Papín de frente. No hubo consecuencias graves para Papín, pero no pudo continuar la competencia y quien provocó el accidente terminó en el hospital con heridas de diversa consideración.
Hubo un tercer accidente del que se desprende su retiro de las pistas; a bordo de un Dodge, en camino angostura, rompió una rótula a alta velocidad, provocando que volcara en reiteradas oportunidades (punta-cola). Iba acompañado de su esposa, embarazada de quien es hoy Pedro Jaras, resultando con graves heridas. Papín sólo tuvo un golpe fuerte en la cabeza, que le hizo perder la función del habla, caminar y escribir; sólo lograba hablar en inglés.
Después de este episodio y recuperarse, decidió retirarse para estar con su familia, nunca le cargó el retiro al lamentable accidente. De ahí en adelante pasó su tiempo en los autódromos nacionales, apoyando y ayudando a pilotos emergentes del turismo carretera y los prototipos.
En algún momento se recuerda que batió el récord del circuito corto de Las Vizcachas (no oficial) durante un día de prácticas, a bordo de “La liebre” de Juan Gac, destrozando el récord que rondaba el minuto, parando el reloj en 53 segundos antes de que el mismo Juan Gac decidiera que ya era suficiente. El episodio se gestó luego de que Gac le pidió a Papín corroborar un comportamiento extraño de la máquina. Pedro Jaras recuerda que al bajarse Papín de “La liebre” sólo le dijo a Gac “el auto está perfecto, sólo acelera más”.
En Argentina fue conocido como “el chilenito” y fue gran amigo de Juan Manuel Fangio. Hoy se recuerdan actuaciones en los Grandes Premios de Los dos Océanos, en 1965 logró el 6º puesto en una carrera de ida y vuelta, con más de 6 mil kilómetros de recorrido. En 1966 obtuvo el 2º puesto en la carrera del TC en Mendoza.
Después de su retiro, vivió de las rentas de las empresas heredadas de su padre. Llegó a tener su propia oficina en el diario La Tercera hasta que vendió su parte a la familia Picó. Luego de dar su herencia en vida a los hijos de su primer matrimonio, Papín pasó por negocios infructuosos, hasta terminar sus días trabajando en el concesionario Kovacs de Chevrolet, empresa a la que su padre había cedido la representación a mediados del siglo.
Papín nunca dejó de correr en su Chevrolet 34’, a pesar de tener la oportunidad de tener un automóvil mucho más moderno, optó por la mecánica fiel de su Chevrolet, el que en reiteradas oportunidades mejoró y modificó venciendo justamente a los autos modernos; Nunca tuvo la necesidad de renovarse.
Fue premiado el 2010 por el Círculo de Periodistas de Chile y falleció el 18 de enero de 2013 aquejado de problemas respiratorios.
Fue uno de los mejores volantes nacionales y ostenta el récord de campeonatos en el TC chileno, hoy es célebremente recordado y su legado es traspasado a las nuevas generaciones, con relatos épicos de quienes lo vieron luchar en los caminos y circuitos chilenos.
2 comments
Lindo mi viejo
Gracias autovelox por el reportaje
Fue un gran piloto ampliamente reconocido por los fanaticos del deporte de los fieros.
Recuerdo que para una carrera Stgo-Arica, dieron la largada y luego que todos los competidores se alejaron, puso su auto en la largada y luego que el auto fue bendecido por un sacerdote, se subió al coche y largo llegando a la meta en La Serena en lugares de avanzada, aún cuando largo con más de 15 minutos de diferencia
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